Para la generación más joven, la serie de Netflix ‘Formula 1: Drive to Survive’ fue la puerta de entrada al mundo del ‘Motorsport’, en la cual se legitima la experiencia de los pilotos de carreras en uno de los deportes más emocionantes y peligrosos del mundo.
En dicha docuserie se sigue la vida de los 20 corredores de la parrilla de la Fórmula Uno, quienes arriesgan su vida desde el momento en que entran al auto de cabina abierta, hasta el instante donde se ondea la bandera a cuadros. La velocidad de los vehículos alcanza los 300km/h en menos de 2,6 segundos; no obstante, esto no parece ser lo más sorprendente de este deporte.
Una vez los cuatro semáforos apagan sus luces rojas, el verdadero espectáculo comienza y, como en cualquier tipo de combate, los pilotos batallan por llegar a las primeras 3 posiciones. Pero la contienda por el primer lugar excede los chasis de colores vibrantes; por lo contrario, la velocidad, el chillido de las llantas y el humo es acompañado por el rugido de fanáticos apasionados, quienes como en un partido de fútbol, corean las hazañas de los héroes debajo del casco.
La parrilla de pilotos para la temporada 2022 de la F1. Créditos: Fórmula 1
Las marcas en el asfalto de las pistas cuentan la historia de leyendas cuyos nombres son recordados junto a sus escuderías como algo más que un piloto, para muchos el humano detrás del timón es un semidiós, un ídolo e incluso, una figura casi inmortal. Si nombrara, por ejemplo, al alemán Michael Schumacher, el brasilero Ayrton Senna, el francés Alain Prost o al mítico colombiano, Juan Pablo Montoya, el público general no tardaría mucho tiempo en reconocer de quién estaría hablando.
Pero, si llegase a nombrar a Lella Lombardi, en medio del silencio quizá empezarían a cantar los grillos.
Lo cierto es que la historia es muy distinta cuando los focos no se posan en un hombre, pues por lo general, el protagonismo en este deporte siempre ha pertenecido a la masculinidad.
¿Solo hay hombres pilotos?
El primer ‘Grand Prix’ europeo de la historia se llevó a cabo en la legendaria pista de Silverstone, precisamente en mayo de 1950 y su apertura se dio de la mano de la Reina Elizabeth II, siendo este el primer y único evento motorizado al que atendería la monarca. Ese mismo día, la línea de meta fue cruzada por Giuseppe ‘Nino’ Farina en su Alfa Romeo ‘rosso corsa’ 158 inaugurando la primera carrera de los 1.073 campeonatos mundiales que han existido hasta el momento.
Solo bastarían ocho años para encontrar a la primera mujer piloto en el ‘monoplaza’, Maria Teresa Filippis, quien condujo un Maserati usado por Juan Manuel Fangio en el GP Belga y logró el décimo lugar; pero en aquel entonces, solo los primeros cinco puestos otorgaban puntos.
Tras su participación en dicho circuito circularon varios comentarios sobre la participación femenina en el deporte de índole masculina, entre ellos uno emitido por las autoridades del famoso ‘motorsport’ quienes aseguraron que “el único casco que una mujer debe usar es el de la peluquería”.
A pesar de aquella desafortunada anotación, a Filippis le siguieron Lella Lombardi, Divina Galicia, Desiré Wilson y Giovanna Amati. No obstante, de estas cinco mujeres, solo hubo 17 participaciones en carreras oficiales, cinco puntos y solo una carrera comenzada.
Filippis se prepara para un Gran Premio en su Maserati número 14. Créditos: Getty Images
La última mujer que subiría a un bólido sería Giovanna Amati, quien en 1992 tuvo tres intentos para calificar en México, Brasil y Sudáfrica, no obstante, no alcanzó los tiempos necesarios para mantenerse en la parrilla. Si nos adelantamos 30 años en el tiempo, para el polémico Grand Prix de Abu Dhabi (2021) de la F1, han habido más de 770 pilotos hombres, una cifra abismal comparada con su contraparte femenina.
Si bien la Fórmula Uno no tiene una división femenina, tampoco cuenta con restricciones para que las mujeres participen del pináculo del ‘motorsport’.
Pero ¿Por qué no hay más mujeres pilotos?
Basta con escanear por encima los requisitos para obtener la ‘Superlicencia’ otorgada por la FIA (Federación Internacional del Automóvil) para empezar a vislumbrar la razón de la ausencia femenina en el deporte.
Además de los conocimientos teóricos sobre los códigos deportivos del ‘motorsport’, los pilotos deben completar, al menos, el 80% de dos temporadas en un ‘monoplaza’. Es decir, la mayoría de un campeonato en categorías inferiores (F2 o F3) y obtener 40 puntos de Superlicencia, los cuales son otorgados corriendo en alguna de las categorías alternas como IndyCar, F2 o F3.
Pese a que los pilotos deben ser mayores de edad para poder competir en la F1, se han hecho excepciones para algunos jóvenes talentos, entre ellos el del actual campeón del mundo, Max Verstappen. Su debut en el bólido llegó en 2014, cuando su sueño adolescente se convirtió en realidad al ser el piloto más joven de la historia en conducir durante una práctica libre de dicha temporada con la Escudería Toro Rosso.
Max Verstappen hace su debut en la F1 junto a Toro Rosso. Créditos: F1
Pero, la llegada del joven piloto no fue una cuestión de suerte, más bien correspondió a años de entrega a esta disciplina, especialmente durante su infancia.
La mayoría de los pilotos introducidos al mundo de los no-seguidores del ‘motorsport’ por la docuserie ‘Formula 1: Drive to Survive’, como el heptacampeón Lewis Hamilton, el monegasco Charles Leclerc, el cuatro veces campeón Sebastian Vettel o quien se convertirá en campeón del mundo por segunda vez, Max Verstappen dieron sus primeros pedaleos en los karts a la corta edad de tres, seis u ocho años.
A diferencia de los hombres, a las mujeres por lo normal no se las alienta a participar de actividades que involucren mecánica, mucho menos de competencias en karts. Más aún porque hasta hace poco resultaba difícil nombrar una figura femenina que hubiese crecido en ese ambiente.
La Fórmula 1 es un deporte elitista conocido por ser el patio de juegos de los ricos y famosos. Pero más allá de su aspecto más ‘esnobista’, y la razón por la cual las figuras femeninas no han tenido el mismo éxito que los pilotos masculinos, es la falta de patrocinio que reciben las atletas en este mundo del motorsport.
Dinero, dinero, dinero, debe ser divertido en el mundo de los hombres ricos
Es cierto que, para llegar a clasificar dentro de la parrilla de 20 pilotos de la F1 se necesita algo más que gusto por el automovilismo, las habilidades del conductor deben ser impecables. En un deporte tan despiadado como el pináculo del ‘motorsport’, el dinero mueve masas y, en este caso, escuderías.
Llegar a la F1 no es tarea fácil en absoluto, el dinero juega un papel importante en este deporte. Ascender en la escala del automovilismo juvenil es caro, y la mayoría de los pilotos necesitan algún tipo de apoyo financiero.
A pesar de ser el paso de entrada al mundo del automovilismo, el karting sigue siendo costoso. Si se empieza desde cero podría llegar a costar unos 11.000 dólares comprar un kart, además del equipamiento y las herramientas necesarias para competir.
Las relaciones comerciales que sostienen al deporte como tal cuentan con patrocinadores que, históricamente, han estado ligados con cualidades y aficiones viriles como fumar, consumir alcohol y la pasión por la tecnología. Es por ello que marcas como Hugo Boss, logra que su slogan, ‘el hombre de hoy’, aparezca sutilmente en algunos de los enterizos de los pilotos.
Por esta razón es fácil para marcas como Marlboro, Heineken, Acer o Microsoft proveer el dinero para el diseño de los autos de competencia, los uniformes del equipo e incluso, gran parte del salario de la escudería, a figuras deportivas que representen aquellos valores o estética masculina.
Ayrton Senna piloto del Honda Marlboro McLaren nº1. Créditos: Getty Images
Los pilotos más destacados tienen un significado tanto monetario como simbólico para las escuderías. No solo depende de ellos el éxito del equipo en el campeonato, sino que además representa una recompensa financiera y con ello, un estímulo para la imagen de sus ‘cuadrillas’. Entre más dinero tengan, más popularidad adquieren y más chances tienen de llegar a la cima.
Detrás del paddock o tras bambalinas
La exposición mediática y apertura a la cultura pop que otorgó ‘Drive to Survive’ a los pilotos de la Fórmula Uno también abrió un debate sobre la participación femenina en este deporte, en este caso, sobre la fanaticada y su ‘poco’ conocimiento del deporte o motivaciones para seguir fervorosamente los circuitos.
Si bien no resulta sorprendente que los corredores resulten atractivos a la población femenina, sí existe discriminación en cuanto a la razón de su posible afición, pues se suponía que las mujeres contemplaban como única motivación el atractivo físico de los pilotos.
La ridiculización de la afición femenina implicaba directamente que no se tomara la participación femenina como una vocera importante para el deporte y mucho menos, una pieza clave de su éxito.
Concentrémonos en hechos recientes de la temporada 2022 de la F1, de la cual, indiscutiblemente, ha tenido la batuta el equipo Red Bull Racing de la mano de sus dos estrellas: Max Verstappen y Checo Pérez.
Este año la séptima contienda de las escuderías tuvo lugar en el legendario circuito de Mónaco, cuyo podio ha visto brillar a conductores como Lewis Hamilton, Daniel Ricciardo y Sebastian Vettel. Pero, este año el mexicano, oriundo de Guadalajara rompió con todas las predicciones al ganar su tercera carrera en la F1 y aparecer en el podio junto al piloto de la firma italiana, Ferrari, Carlos Saínz y su compañero de Red Bull.
Alabanzas y festejos rodearon a la escudería por la ferocidad de sus conductores, pero poco se habló de su estrategia y, para ser más precisos, quien era el cerebro detrás de semejante hazaña. Hanna Shmitz, de entrada, pareciera vivir en las sombras del equipo austriaco, cuando en realidad es una pieza fundamental del éxito alcanzado esta temporada.
A sus 37 años la directora de estrategias para Red Bull orquesta las paradas en ‘boxes’ para los pilotos y a su vez, traza los métodos para que, como en el caso de Max Verstappen en el GP de Hungría, lleguen de la décima posición a la punta de la carrera en un par de vueltas. El rol de la londinense como estratega resulta controversial para seguidores del deporte cuyos valores y opiniones aún se encuentran arraigados en una sociedad patriarcal.
Hanna Schmitz posa junto a Pierre Gasly, Max Verstappen y Lewis Hamilton en el GP de Brasil en 2019. Créditos: DailyMail
Después del Gran Premio de Holanda, una vez más, Hanna Schmitz se convirtió en el foco de atención, esta vez por ser el blanco de insultos misóginos en redes sociales; los cuales fueron emitidos por fanáticos que la acusaban de sabotear la carrera.
La escena es la siguiente:
El piloto más joven de la F1, Yuki Tsunoda le comunicaba por el radio a su equipo (Alpha Tauri) que tenía un problema con los broches de sus cinturones. Marco Perrone, cabeza del departamento de estrategia, le avisaba al japonés que todo se encontraba en orden.
Sin embargo, unos minutos después el equipo rectifica que, en efecto, sí había algo mal con el auto y que el número 22 de la parrilla debía abandonar la pista y la carrera. La llegada del temido o alabado ‘Virtual Safety Car’ dio paso a una victoria obtenida por el belga, Max Verstappen, quien se benefició de una parada estratégica en los pits.
Con el inusual manejo de los problemas de Yuki Tsunoda por parte de Alpha Tauri, se sugirió que Red Bull, que es el equipo hermano de Alpha Tauri, influyó de alguna manera en el resultado y en lo acontecido con el japonés. Entonces, cuando los usuarios de las redes sociales buscaron un objetivo para su odio, se decantaron por Schmitz.
Si bien el ganador del ‘Grand Prix’, Verstappen repudió los comentarios de odio hacia su estratega, la misoginia no se detuvo allí y continúa permeando al deporte, pues se considera que es un oficio exclusivo para los hombres.
Pero ¿Qué tiene que ver todo esto con las figuras femeninas en este deporte?
Solo hay un pequeño porcentaje de mujeres que aspiran a ser corredoras, en comparación con los cientos de miles de jóvenes, que intentan una carrera automovilística; por lo que las posibilidades de que lleguen a la F1 siempre van a ser remotas.
De hecho, Susie Wolff, cuyas credenciales profesionales sobrepasan el sueño de cualquier aspirante al automovilismo, expresó que una de las razones por las cuales las mujeres no posaban su mirada en este deporte tenía que ver con los modelos a seguir femeninos que tienen en el paddock, aquel lugar que esconde las estaciones de pits, los mecánicos y cuyo acceso es restringido.
La escocesa acotó que “uno de los principales problemas es que las niñas no tienen a nadie a quien aspirar cuando crecen, mientras que un niño puede crecer queriendo ser Sebastian Vettel”. La piloto, que además participó en una práctica libre conduciendo para Williams en 2014, no aborda ninguna idea descabellada y el escenario que pinta, no dista de la realidad.
No podemos descartar la participación de figuras femeninas importantes dentro de la cúspide del ‘motorsport’ como la fisioterapeuta (y miembro de la Hintsa Performance Company), Angela Cullen quien forma una maravillosa dupla junto al heptacampeón (Hamilton) desde el inicio de la temporada de 2016. Cullen en pocas palabras es considerada como la clave física y mental detrás del éxito de Lewis.
Pese a la experticia de Cullen en su campo, se la continúa viendo como una figura secundaria al lado del piloto y en ocasiones, se suele subestimar su talento al pasar por alto sus logros profesionales y especular sobre su vínculo con el británico.
Por cuestiones como esta es que la mayoría de figuras femeninas opera tras bambalinas, como pilotos de desarrollo, agentes de prensa o ingenieras; dejando que los focos se posen sobre ‘las superestrellas’.
Angela Cullen ha trabajado de la mano del piloto británico desde el 2016 cuando se integró al equipo Mercedes AMG Petronas. Créditos: Getty Images
¿Cuándo brillará el foco en otra dirección?
Lo sucedido con Schmitz es una conducta misógina que también apunta a otras subdivisiones del deporte, especialmente las que están designadas a las mujeres.
La ‘Serie W’ fue creada por Catherine Bond Muir en 2018, y financiada por inversores y fondos propios, pero Muir fue explícita en su momento en que tenía que convertirse en un negocio viable. La FIA apoyó la decisión de crear una categoría exclusiva para mujeres con el fin de abrir nuevas oportunidades a las chicas interesadas en el ‘motorsport’.
Esta ha establecido una plataforma fenomenal para que las mujeres pilotos perfeccionen sus habilidades, ganen notoriedad y muestren su talento a las altas esferas de la F1.
Aquí, a diferencia de la Fórmula Uno, se corre bajo una serie ‘Spec’, es decir que todos los automóviles tienen las mismas condiciones, mismas partes, mismo motor y mismas capacidades para alcanzar una cierta velocidad.
Por ello, los medios y los fanáticos, en su mayoría hombres, no tardaron en demeritar las condiciones mecánicamente idénticas de los automóviles, acotando que esto era una prueba de la poca habilidad de las pilotos para conducir.
Sin importar el origen de los bólidos que desfilan a grandes velocidades en los circuitos, detrás de cada impresionante máquina hay un piloto que la conduce a su destino, en este caso la meta y, si se cuenta con la destreza suficiente, al primer puesto.
¿Es esto un obstáculo para las carreras femeninas?
Ahora, solo unos días después de que Max Verstappen se coronara campeón del mundo por segunda vez en el Gran Premio Japonés, los medios que reportan todo lo que sucede en el mundo del motorsport soltaron una noticia que dejaría en pausa la participación femenina en esta división.
Faltando tres carreras para culminar la tercera temporada de la ‘Serie W’, se anunció que no se terminaría el ciclo de grandes premios por falta de presupuesto. Los problemas financieros no son algo desconocido para el mundo del automovilismo, especialmente para la división designada a las mujeres.
Pero lo que causó indignación en los equipos femeninos, las pilotos y el público general fue que, esta brecha monetaria y de presupuesto no existe en la división masculina.
Unas horas después de que el belga celebrara su segundo título y fuera bañado en champaña, se conoció que la FIA dedujo que el equipo Red Bull Racing había excedido el presupuesto permitido para las escuderías la temporada pasada.
El belga se convirtió en bicampeón durante la décimo novena carrera de una temporada dominada en su totalidad por el equipo austriaco. Créditos: Max Verstappen
La ironía no se escapa de , pues el día en que un equipo de la F1 gasta millones por encima del límite de costos, es el mismo día en que un campeonato que aboga por el talento femenino se ve obligado a terminar su temporada por falta de financiación.
Más allá de los posibles escándalos que pondrían en cuestión el primer título de campeón de Verstappen, es posible preguntarse sobre qué argumentos respaldan en realidad la ausencia de pilotos femeninas en un entorno de índole masculina. ¿Es la falta de habilidades para conducir? o ¿La falta de apoyo por parte de otras divisiones del deporte?
Sin terminar su temporada, pero con campeona definida
Esta división ha acogido a algunos de los talentos más brillantes que ha visto el deporte de índole masculina hasta el momento. Uno de esos casos es el de Jamie Chadwick (ganadora de ambas temporadas), una feroz corredora que entiende el peso que conlleva ponerse su casco azul con rojo de la escudería Jenner, cuya cabeza es la atleta transgénero, Caitlyn Jenner.
Chadwick recibió su tercer título como campeona del mundo en la ‘Serie W’ el día después al premio de japonés. Créditos: Getty Images
Para ella, identificarse como una piloto, o más bien, como una mujer en este deporte es un hecho de gran relevancia y algo que no debería ser pasado por alto. Ahora, en su rol como piloto de desarrollo para Williams, el peso de llegar a correr para la F1 recae sobre sus hombros, pero a la joven de 24 años no le asusta el ambiente austero que caracteriza al deporte.
“No creo que las diferencias afecten realmente al resultado final cuando se trata de carreras” escribió la corredora inglesa para ‘The Players Tribune’, “no hay ninguna razón por la que una mujer no pueda tener tanto éxito como un hombre en el automovilismo”. Si bien la corredora reconoce que, gran parte de la ausencia femenina en la F1 se da a partir del diseño de los autos (pues están diseñados a medida de los automovilistas), ella confía en que el futuro del deporte acogerá a más mujeres.
El makinon no es el carro, sino la bichota que lo maneja
Así como Chadwick, las mujeres que logran abrirse un espacio en las divisiones de este deporte son un peldaño más cerca a la inclusión definitiva en el ‘motorsport’, y la bandera colombiana ha vuelto a ser agitada por los aires, pero en esta ocasión no por un hombre, sino por la bogotana Tatiana Calderón.
La bogotana inició su camino en el automovilismo en el kartismo colombiano, logrando migrar a Estados Unidos más adelante. De allí saltó a la Fórmula 3 y GP3, donde logró su mejor temporada en 2014 junto al Jo Zeller Racing. Unos años después, en 2018 para ser precisos, es contratada por la escudería Sauber como piloto de desarrollo, siendo la primera mujer latinoamericana en manejar un monoplaza de la F1.
De igual forma, pilotando el Sauber C32 conseguiría el séptimo mejor registro de todos los tiempos (0´58.802). Sin embargo, hay algo más grande que nos lleva a hablar de la corredora colombiana después de un tiempo lejos de las pistas.
Luego de sus primeros pedaleos en la F2, Calderón debió alejarse de su sueño al volante por una pésima temporada al lado de BTW Arden, pese a ser la única mujer en disputar aquella categoría. Al sentir que su ilusión corría más rápido que los bólidos, recibió otro golpe en IndyCar cuando sus patrocinadores se atrasaron con los pagos.
El frenazo generado por la falta de dinero parecía ubicar a la colombiana en una mala racha hasta que otra compatriota tocó a su puerta. La paisa y artista de reggaetón, Karol G decidió regresarle la fuerza a su motor patrocinándola en el equipo Telmex Claro, a su vez devolviéndole la esperanza de subirse a un monoplaza y una oportunidad más de representar al género femenino en el automovilismo.
Más allá de ser la piloto al volante de ‘La Bichota’, como apoda a su auto, Tatiana Calderón marca un hito en este deporte que excede sus habilidades con el timón. La dupla entre Karol G, una artista femenina que ha roto paradigmas en un gremio consolidado a través de la masculinidad, y la bogotana, no es algo destinado al azar; por lo contrario, corresponde a una catapulta a toda velocidad para las mujeres que aspiran subir a un monoplaza.
Esta junta inesperada es justamente parte de la fuerza femenina que se ha tomado este deporte por sorpresa y, como lo dice la misma Bichota en su canción, de esos que cuando aceleran se siente la presión. El apoyo femenino al automovilismo, venga de donde venga, merece el mismo reconocimiento y euforia que obtienen los pilotos masculinos al llegar a un podio de un GP.
La pregunta de ¿Y qué hacen ellas en un automóvil? posiblemente seguirá retumbando en los oídos de los fanáticos empedernidos que, algún día, creyeron imposible ver pilotar a una mujer; pues siempre será un Makinon si una mujer se encuentra al volante.
Por: Valentina Carrillo
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