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McBain a base, nos atacan las feministas cristianas

El Uniandino

Actualizado: 15 feb 2021


***Esta columna ha sido eliminada por no cumplir con nuestros criterios editoriales. El único acceso que tiene es para ser respondida. Puede leer más sobre las razones para la eliminación acá


El título de hoy es inspirado en un capítulo de los Simpsons que comienza con “McBain a base, nos atacan los comunazis” mientras el héroe escapa de un Hitler que conduce un avión con una esvástica atravesada por una hoz y un martillo. Aunque la escena es muy graciosa, ese tipo de alianzas sí pasan. Por ejemplo, en Colombia en los años 60 comunistas y católicos unieron fuerzas contra la planificación familiar; los primeros porque claramente era un intento del capitalismo por controlar el crecimiento del proletariado que eventualmente se rebelaría y los segundos porque la vida es sagrada desde su concepción. La más reciente unión de fuerzas aparentemente opuestas llegó el año pasado en forma de una petición demandando el cierre de Pornhub por lucrarse de la violencia sexual y el abuso de menores. Pero lo que parece una compaña contra la violencia sexual y la pornografía infantil, esconde en realidad una cruzada contra el porno salida de sectores conservadores y apoyada por el feminismo (sí, leyeron bien).


A principios del 2020 apareció una petición en Change.org solicitando el cierre de Pornhub, una de las tres páginas pornográficas más grandes del mundo y el décimo sitio web del mundo por visitas. La petición acusa a la página de “lucrarse de vídeos de violaciones infantiles, tráfico sexual y otras formas de contenido no consentido”. También solicita que los directivos de Pornhub sean responsabilizados por esos crímenes. A finales de 2020 un artículo en The New York Times titulado “The Children of Pornhub” dio impulso a la petición y llevó incluso a que MasterCard y Visa terminaran sus relaciones comerciales con la empresa de pornografía. El artículo documenta al menos seis casos en los cuales vídeos de pornografía infantil (en adelante C.P.), abuso sexual y tráfico de personas no fueron eliminados diligentemente pese a la petición de las propias víctimas, así como el enorme poder del conglomerado comercial detrás de la compañía.


Pero, ¿por qué Pornhub? La primera sospecha contra esta campaña es que para luchar contra la pornografía infantil y el abuso sexual, Pornhub no está ni cerca de ser el mejor sitio para comenzar. El autor reconoce que mientras Facebook removió más de 12 millones de publicaciones relacionadas con C.P y abuso sexual en 3 meses y Twitter suspendió 264.000 cuentas por contenido similar, Pornhub presentó sólo 118 casos en 3 años. Si bien podría haber un subregistro, perfeccionar los mecanismos para eliminar el contenido ilegal no es sólo un problema de las páginas pornográficas, redes sociales y sobre todo las aplicaciones de mensajería también tienen dificultades. De hecho, Telegram y Whatsapp son medios de distribución populares para este tipo de contenido por ser privados, encriptados y anónimos. El que haya sido Pornhub y no Twitter, Facebook, WhatsApp o Telegram el blanco de la campaña contra el C.P y el abuso, pareciera darnos a entender que la campaña está más relacionada con el porno que con lo que dice atacar.


También algunos de los argumentos de la columna del NYT permiten ver la aversión del autor a contenido que no son C.P. ni abuso sexual. Que la página tenga categorías como “Girl with braces”, “Degraded teen” o “Extreme choking” es tomado como evidencia de que Pornhub crea un ambiente que promueve el C.P y la violación. Como si las conductas de humillación y agresión en el sexo no pudieran darse de manera consentida entre adultos, sino que siempre tuviesen que ser el resultado de algún crimen; como si el sexo solo pudiera ser de la forma en la que al autor le parezca agradable. De hecho, en las categorías de “Humilliation”, “Tiny Dick” o “Chastity” el abuso representado es en su mayoría contra hombres, pero nadie dirá que estamos frente a una página misándrica porque, salvo contadas excepciones, todo es consentido. Así, entre líneas se lee más un desprecio contra el porno y las prácticas sexuales no convencionales, que una campaña honesta contra el C.P. y el abuso sexual.


Siempre se puede hacer el argumento fácil y decir que basta con sólo un video de C.P. o abuso para tumbar la página, pero si juzgamos cualquier cosa por el peor uso que de ella pueda hacerse, pocas actividades humanas y objetos se salvarían. Para prohibir Pornhub sin ser incoherentes, deberíamos prohibir también Facebook y Twitter por la misma causa, los aviones y camiones por poderse usar en atentados terroristas, Tinder por haber sido usado por asesinos y violadores para contactar a sus víctimas, y así, ad infinitum. A menos, claro, que lo que se quiera prohibir sea el porno y si miramos el origen de esta petición viral, ese es casi con certeza el caso. La petición para cerrar Pornhub, que ha acumulado más de dos millones de firmas al momento de escribir este artículo, fue creada por Laila Mickelwait y co-patrocinada por el Centro Nacional Sobre Explotación Sexual (National Center on Sexual Exploitation). Mickelwait es Directora de Exodous Cry, una organización cristiana

abolicionista que se opone a cualquier forma de comercio sexual, incluyendo la pornografía y cuyo fundador se ha expresado contra el aborto y el matrimonio homosexual. Por su parte, el Centro Nacional sobre Explotación Sexual es una organización que hasta el 2015 se llamó Morality in Media, de origen cristiano, afiliada a grupos religiosos de derecha y que llegó a oponerse incluso a la comercialización de juguetes sexuales. Estos grupos no distinguen entre aquello que no les gusta de aquello que debe ser prohibido y se embarcan en una guerra absurda por transformar su moral conservadora en un garrote público. De estos sectores religiosos y conservadores nació la petición para cerrar Pornhub, una mojigatería que paradójicamente hizo eco a un feminismo igual de mojigato, o por lo menos, moralista.


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Por: Juan Esteban Quintero*. Fundador de Confesiones Uniandes & Chompos


*Pseudónimo


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