Juan Camilo Castillo es periodista deportivo. Aquí su columna "Tres conclusiones del subcampeonato de la Selección Colombia Femenina Sub 17 en el Mundial". Para contestar la columna envíe su propuesta a periodicoeluniandino@gmail.com.
La Selección Colombia Femenina Sub 17 hizo historia el pasado domingo 30 de octubre de 2022 al convertirse en el primer combinado nacional en llegar a la final de un Mundial de fútbol de cualquier categoría. Este hecho sin precedentes generó orgullo en la población colombiana, más allá de que en la final del torneo las futbolistas cafeteras cayeron 1-0 frente a España y no pudieron traer el título a nuestro país.
Por esa razón, en esta columna de opinión se analizan tres reflexiones que nos dejó este subcampeonato del mundo.
Hay demasiado talento teniendo en cuenta el poco apoyo institucional que existe
Esta primera conclusión salta a la vista e impresiona, ya que la hazaña que lograron las futbolistas colombianas fue gestada en su totalidad a partir del talento y desarrollo personal de cada una de ellas con la ayuda del cuerpo técnico, más no gracias al apoyo de un sistema estructurado que les diera las condiciones idóneas para explotar sus habilidades y obtener triunfos, pues el contexto que rodea al fútbol femenino en nuestro país es, sin duda, muy adverso.
Solo para citar un primer argumento innegable: Colombia es un país que acaba de ser finalista de un Mundial Femenino Sub 17 y ni siquiera cuenta actualmente con una liga profesional de fútbol femenino que esté compitiendo. Varias de las futbolistas que disputaron el Mundial hacen parte de los planteles de equipos colombianos y llegaron a disputar este torneo internacional sin tener un ritmo de competencia y una preparación adecuada, pues en sus clubes no están jugando partidos de liga local en este momento.
Lo mismo sucedió con América y Deportivo Cali, que acaban de tener una destacada participación en la Copa Libertadores Femenina 2022 a pesar de no haber disputado un solo partido oficial desde el 5 de junio del presente año. Recordemos que la Dimayor estableció para el 2022 la realización de solo un campeonato femenino en Colombia, el cual duró cuatro meses. En junio la máxima entidad del fútbol colombiano quiso organizar sobre la marcha otro torneo femenino, que se iba a disputar en el segundo semestre del 2022, pero fue imposible llevarlo a cabo por la falta de planificación.
Las futbolistas de la Selección Colombia Femenina Sub 17 también se han enfrentado a otros fenómenos sociales como la precarización laboral, por ejemplo cuando se llegó a discutir si ellas merecían premios económicos por buena su participación, e incluso el menosprecio por parte del presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, Ramón Jesurún, quien llegó a tildarlas de “muchachas amateur”.
Todo sumado a que, con el simple hecho de dedicarse a jugar fútbol profesional en Colombia, estas jugadoras ya se ven envueltas directa e indirectamente en un contexto complejo que cuenta con un historial que estigmatiza y atenta contra su profesión. Si hacemos una revisión encontramos que hay desde un reconocido directivo de un equipo colombiano que calificó al fútbol femenino como “un caldo de cultivo de lesbianismo”, hasta denuncias de acoso sexual que en el 2019 hicieron las futbolistas de la Selección Colombia de mayores en contra de un técnico que las dirigía. En conclusión, ser jugadora de fútbol en Colombia es una labor difícil: hay que apelar sólo al talento propio, porque el contexto perjudica.
Superaron la tendencia histórica de la Selección Colombia
Para nadie es un secreto que la Selección Colombia ha contado históricamente con futbolistas de mucho prestigio y calidad técnica, sin embargo, sin importar la categoría, al combinado tricolor siempre le ha costado imponerse en los partidos definitorios de las grandes competencias. La prueba de esto es que solo en tres oportunidades Colombia había llegado a semifinales de un Mundial (la Sub 17 masculina en Finlandia, la Sub 20 masculina en Emiratos Árabes, y la Sub 20 femenina en Alemania).
Las futbolistas de esta Selección Colombia Sub 17 rompieron esa tendencia y por primera vez demostraron la jerarquía suficiente para llegar a una final de un Mundial. Claro, no ganaron el torneo, y hay aficionados que critican eso, pero es necesario tener en cuenta que Colombia jugó la final contra la Selección de España, la cual llegaba como la actual defensora del título y la máxima favorita, con estrellas como Vicky López, con una idea de juego de posesión bastante aceitada, con una superioridad física muy notoria desde la altura de sus futbolistas y con varios revulsivos desde el banco.
Y sí, es posible analizar la decisión del técnico Carlos Paniagua con respecto a los momentos en que realizó los cambios en la final, y también se puede hablar de la renuncia de Colombia a la presión alta que le dio frutos en los primeros minutos del partido para dedicarse de ahí en adelante a ejecutar solo una defensa de contención. Sin embargo, es innegable que las futbolistas de la tricolor jugaron la final de un Mundial contra un gran rival y supieron hacer una presentación más que digna, lo cual ya está muy por encima del promedio para cualquier Selección de nuestro país, lo cual merece aplausos y reconocimiento.
Linda Caicedo tiene todo para ser una futbolista de época
Si hubo algo evidente en este Mundial Sub 17 es que Colombia está representada por una verdadera ‘crack’, con solo 17 años ya es una de las mejores futbolistas del planeta, uno de esos talentos que nacen esporádicamente, que no son comunes, y están destinados a dejar huella.
A Linda hay que saber desarrollarla, porque en el fútbol hay múltiples factores externos que pueden acabar perjudicando la carrera de una profesional promisoria, pero el talento innato está presente en ella, y eso es lo más importante. Si a Linda la saben rodear, le dan un contexto propicio y le pulen ciertos matices tácticos y colectivos, seguro va a saber explotar las habilidades que tiene y nuestro país va a gozar de una estrella que cuenta con todas las capacidades para ser la mejor jugadora en la historia del fútbol femenino colombiano.
Por: Juan Camilo Castillo, periodista deportivo.
***Esta columna hace parte de la sección de Opinión y no representa necesariamente el sentir ni el pensar de El Uniandino.
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